
No sé muy bien porqué Keanu ha elegido para su debut como director un proyecto tan descabellado como éste. Quizás una promesa que hizo a alguna virgen, tal vez una apuesta perdida con su manager… la terrible sensación de estar por encima del bien y del mal. Un misterio. Tan intrincado misterio que cuesta creer que antes del rodaje, durante el mismo e incluso al estar montando el film nadie le susurrase al oído: “Oye… Keanu. Esto es una ruina”. Pero claro, una mega estrella de Hollywood que se planta en mitad de China (otra curiosidad) para rodar una película de artes marciales y encima que se crea que la ha sabido realizar por que él es el elegido (Neo) no dice mucho de la gente que ha rodeado este trabajo. Algunos tildan de “ejercicio de arriesgado visionario” a este tipo de debut tras la cámara.

Rodada íntegramente en China, creyendo que así algo se le pegaría del espíritu que debe envolver al film, producida por ejecutivos chinos y al amparo del gobierno chino. Se estrenó allí a mediados de Julio de 2013, antes incluso que en USA. Algún entramado corporativo debe estar tras este engendro con aires de grandeza, que intenta meter en una misma coctelera filosofía barata de andar por casa, golpes y porrazos mal rodados e ingentes dosis de estupidez aguda que dan como resultado un Chop-Suey de muy mal sabor.

La manera de afrontar las escenas de acción, pues otra cosa no hay, es muy peculiar. Cada pelea se plasma como si estuviéramos ante un videojuego (incluida la voz femenina que nos dice: “¡Fight!”). Un encadenamiento de secuencias de acción que encima no aportan nada nuevo o no visto al género. Al menos, un “actor” como Reeves, después de tanta película de efectos especiales, golpes y explosiones, debería haber aprendido algo, un poco de chispa al rodar esas escenas. Pues no, sufrimos una sucesión de irrisorias peleas a manos de un escuálido protagonista que hace lo que puede por no poner cara de circunstancias. He jugado con videojuegos que tenían más historia y eran más emocionantes (‘Double Dragon’, ‘Street Fighter’).

Reeves ha tratado de imitar un género, una forma de hacer cine como es la oriental, más concretamente el cine de artes marciales por antonomasia. Ha intentado de reflejar hasta los encuadres y movimientos de “zoom” del mismo modo que se realizaban en los 70’s. Pero todo queda tan vacío, tan absurdo… que uno no puede sino sentir una constante vergüenza ajena ante el espectáculo de bochornoso ridículo que está presenciando.

Catalogar en el género de las artes marciales a este capricho (por que no es otra cosa) de Keanu sería elevar su categoría. Igual se la podría encajar en la comedia pero no por lo que vemos, sino por lo que pensamos nada más verla. Tal vez, siendo algo generosos, podríamos decir que ‘Man of Tai Chi’ cumple con lo que propone, nada. Una historia manida, manoseada miles de veces, mal rodada y peor interpretada (no me paro ni una linea a decir lo que me parece Keanu en el film), carente de interés, pueril hasta límites insospechados, aberrante en un fondo como en su forma… todo un canto a la dejadez.
Seguiremos investigando los motivos que unen a Keanu con China. Debe existir un oscuro y oculto secreto que le haya hecho realizar este bodrio sin frenos. Igual es que pretende abrir una cadena de “Todo a 0’60″… misterio, misterio.
VALORACIÓN: 2 /10
